Nuestros animales de compañía, por la zona en la que viven, pueden presentar un mayor riesgo de padecer determinadas enfermedades. Por ejemplo, en la cuenca Mediterránea existen enfermedades infecciosas endémicas como la leishmaniosis o la ehrlichiosis que pueden terminar provocando la muerte de los perros afectados, pero cuya incidencia y severidad puede ser reducida mediante la aplicación de medidas preventivas adecuadas.
Por otra parte los gatos que hacen vida exterior están expuestos al contagio de enfermedades víricas mortales como la leucemia felina y el virus de la inmunodeficiencia felina. En estos animales es muy importante la realización de análisis de sangre preventivos para detectar si nuestro gato es portador de alguna de estas enfermedades. Además resulta fundamental la implementación de un programa de vacunación adecuado.